
El aire te da en la cara,
no encuentras silencio alrededor,
pantalones metidos por los calcetines,
¡ gracias que te acordaste de traer la sudadera!
Aunque llega esa hora, esa bendita hora en la que el aire ya no molesta,
cierras los ojos y todo se apaga
no es un sueño placentero pero es lo suficientemente profundo para que descanses hasta esa hora en la que vuelves a ser conciente del jaleo o el calor te recuerda que ahora te sobra toda la ropa o el suelo empieza a endurecerse de manera que te preguntas ¿ cómo he podido estar en esa postura tanto tiempo?
Siempre hay una buena razón para dormir en el suelo
sea por la diversión de estar en el Norte y no tener más compañeros de viaje...
O la más importante de todas reunirte con buena gente en una plaza y gritarle al mundo que ya nunca más vas a seguir sus normas tan injustas...
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